Las personas prefieren envejecer en su hogar (Aging in place) (Vanleerberghe et al, 2017), en un ambiente familiar y rodeadas – en la medida de lo posible – de sus pertenencias y seres queridos. Este deseo de envejecer en casa no es simplemente una preferencia personal. La Organización Mundial de la Salud resalta que el lugar en donde se envejece tiene impactos importantes sobre la salud de las personas: el hacerlo en un lugar conocido aumenta los niveles de confianza, independencia, y autonomía (OMS, 2015). Los factores adecuados para poder envejecer en casa con calidad de vida, es determinar una adecuada accesibilidad física, cognitiva y sensorial y el uso de tecnologías de apoyo 1 que favorezcan la autonomía e independencia de las personas en situación de dependencia y que facilite la actividad del cuidado a la familia y/o cuidadoras (Peek et al., 2014).